sábado, 18 de junio de 2016

Un año y un día



Hace un año y un día exactamente que me prometí a mí misma alejarme de mis tres peores vicios. Y hasta hoy, lejos de la sombra de tus ojos, fue muy fácil y grato cumplirme a mí misma dicha promesa. Sin embargo, haré un esfuerzo sobrehumano y esta noche, en tu regazo, sucumbiré ante mis más fatales demonios: me fumaré entero el blanquísimo humo del cigarrillo que juguetea con tu boca y, después, me ahogaré dichosa en el vino de tu copa. Pero lo que es más importante, te digo que en esta noche de perdición cometeré el peor de los pecados: volveré a abrirte de par en par las puertas de esa utopía a la que los ilusos llaman, estúpidamente, corazón… Es igual, ¿sabes? Ya me tomaré yo otro año y otro día más para recoger los pedazos de este sueño, convertirte en poesía y volverte a vivir.

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